Hay otros peligros del COVID19, quizás no de efecto inmediato, pero que pueden ser incluso más complicados y duraderos que una neumonía.

Nuestro sistema inmune puede, como pasa con otros virus, sobre-reaccionar atacando a nuestro corazón, hígado o sistema nervioso central que sepamos por el momento.

El problema con una pandemia tan rápida y generalizada como el COVID19 es que el conocimiento cambia casi a diario y los cientos de informes científicos preliminares que se generan, es difícil que los médicos y científicos sobre el terreno puedan tener tiempo para analizarlos, ocupados como están ahora en la urgente necesidad de salvar vidas.

Puede que sea tan rápida la generación de datos que, aunque bien intencionadamente, estén causando más confusión aún.

¿Cuál es el verdadero asesino?

Los casos graves no necesariamente desarrollan un alta "carga viral" (concentración de virus) sino un síndrome de tormenta de citoquinas, un problema bastante frecuente en cuidados intensivos, donde otras infecciones e incluso algunos medicamentos pueden desencadenarlo.

El problema es que no tenemos un tratamiento, ni contra el virus ni contra la respuesta inflamatoria, sólo hay tratamientos de apoyo para proteger los órganos vitales del paciente, respiradores o medicamentos para controlar la presión arterial o los corticoides para reducir la inflamación. Pero un sistema inmune fuerte no es garantía de éxito para hacer frente a la enfermedad, parece que lo importante es que tengamos un sistema inmunológico equilibrado.

Tormentas de citoquinas y su potencial devastador.

Los mecanismos de las tormentas de citoquinas son aún muy desconocidos. La respuesta inflamatoria es una reacción natural del sistema inmunitario donde es necesario reparar el daño celular. Con la neumonía normal, los gérmenes dañan el tejido pulmonar y el sistema inmunitario genera una respuesta inflamatoria para detenerlo y 'mata' algunas células para reparar el tejido dañado. Lo que pasa es que, con el COVID19 en lugar de enviar unas pocas células, se están generando toneladas, creando una respuesta inflamatoria incontrolada, no sólo en los pulmones, sino que puede ser generalizada en el cuerpo.

Ya hay estudios preliminares del daño renal, intestinal o coronario. Se cree que algunos de los pacientes que experimentan dolores de cabeza intensos podrían sufrir encefalitis (inflamación del cerebro), una enfermedad infra declarada debido a síntomas atípicos (muchas veces confundidos con problemas psiquiátricos o epilepsia, o porque no se llega a identificar el agente causal.

Algunas investigaciones sobre el terreno muestran que el virus SARS-CoV-2 puede atacar el sistema nervioso central. Por eso, se ha detectado que algunos pacientes con dificultad respiratoria a veces no sienten la falta de oxígeno o la neumonía. Se sospecha que algunos pacientes entran en dificultad respiratoria precisamente porque su sistema nervioso no está logrando desarrollar la función respiratoria adecuadamente. Esto también se ha informado en algunos documentos preliminares. Un ejemplo o “pista” de este efecto sobre el sistema nervioso central es la pérdida de olfato y sabor frecuentemente experimentada por muchos pacientes.

Se están reportando casos de manifestaciones neurológicas que sugieren que el virus puede penetrar en el sistema nervioso central como coágulos de sangre, mareos, confusión o convulsiones. El hospital de la Universidad de Brescia en Italia ha abierto una unidad NeuroCovid separada para atender a los pacientes con condiciones neurológicas según el New York Times..

Un equipo de Wuhan, el epicentro inicial de la pandemia ha publicado un documento preliminar que informa que el 36,4% de los 214 pacientes estudiados desarrolló diferentes grados de trastornos neurológicos. Todos los estudios sugieren que se trata de casos bastante raros, pero no deben subestimarse.

Los científicos creen que la genética juega un papel importante en los raros casos de pacientes jóvenes que desarrollan el síndrome, la degradación es muy rápida, por lo que es muy importante identificar los primeros signos.

COVID-19, un desconocido con múltiples caras y retos:

Esta información en constante cambio es también la razón para que escuchemos diferentes consejos, a veces contradictorios, de las autoridades, ya sea la conveniencia de usar máscaras faciales o sobre cómo identificar los primeros síntomas. En consecuencia, se crean los grupos de opinión que la consideran como un “gripe fuerte”, pero la evidencia demuestra que es una pesadilla mortal de salud pública.

• La mitad de los infectados no presentan síntomas, y la mayoría de los pacientes solo tienen síntomas leves, pero son un vector de contagio
• En pacientes graves no es el virus el que mata, es una reacción incontrolada del sistema inmunológico que puede dañar la mayoría de los órganos vitales, una tormenta de citoquinas
• No se sabe aún qué hace que algunos pacientes, independientemente de su edad, desarrollen síntomas graves.
• El virus puede atacar el sistema nervioso. En algunos casos, la insuficiencia respiratoria está relacionada con insuficiencia neurológica, no con neumonía.
• Tampoco es seguro que los pacientes recuperados dejen de ser contagiosos, y si se genera inmunidad, cuánto duraría, por ahora hay estudios que apuntan a que no.

Ahora sabemos que la enfermedad puede causar una amplia variedad de síntomas e incluso ningún síntoma en absoluto, y esto es precisamente el principal factor en la rápida propagación.

¿Cuándo podremos estar seguros?

Quedan muchas preguntas sobre las perspectivas para los pacientes recuperados, sobre el tiempo que permanecerán inmunes, o si todos desarrollan dicha inmunidad, así como los efectos a largo plazo en sus órganos.

Por ello aún se está discutiendo por cuánto tiempo estos pacientes seguirían siendo un vector de contagio para otros, ya que las pruebas actuales de PCR (proteína C reactiva) no son aun 100% fiables, por lo que dependerá de las pruebas de anticuerpos en muestras de población muy grandes, que serán las cruciales para determinar cuando levantar bloqueos y confinamiento.

Mientras muchos gobiernos están preparando sus planes de salida de encierro, el Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC) ha advertido que apresurarse podría conducir a un aumento.

Antes de considerar el levantamiento de cualquier medida, es fundamental que se aprueben mejores sistemas de pruebas y vigilancia de la población, aunque ello afecte a la privacidad, para poder supervisar y evaluar las estrategias o las consecuencias epidemiológicas, según la ECDC.

Esto supone un gran reto en España, donde la descentralización sanitaria, y dentro de ésta la fragmentación de los sistemas de información, suponen uno de los principales obstáculos que deberían ya estar sobre la mesa.

A pesar de los avances científicos, permanecer en casa, el jabón y la higiene siguen siendo por ahora las principales barreras para el virus.

El COVID19, puede desencadenar, además de neumonía, toda una serie de enfermedades incluso más graves, así como daños irreversibles, quizás no con efectos o mortalidad inmediata, pero si posterior con potenciales secuelas muy graves.

POR FAVOR, NO BAJEIS LA GUARDIA

Otros links: https://news.harvard.edu/gazette/story/2020/04/covid-19s-consequences-for-the-heart/