Volver al colegio tras un trasplante: la enfermera escolar lo hace más fácil

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1899 niños recibieron un trasplante en el 2017 en todo el mundo, el 6% tuvo lugar en España y de ellos  el 30% se realizaron en el Hospital de La Paz de Madrid, centro sanitario único en Europa donde se llevan a cabo trasplantes infantiles de todos los órganos, en el que se han realizado el cien por cien de los multiviscerales y las dos terceras partes de los hepáticos en vivo, siendo el líder de una red de trasplantes europeos  integrada por 18 centros de 11 países.

El trasplante supone para estos niños la única solución para continuar con una vida normal, tanto desde el punto de vista orgánico como social y emocional, además la tasa de éxito de los trasplantes pediátricos es muy alta, superior a la de los adultos.

Los niños que han pasado por un trasplante se han visto obligados a pasar largas estancias en el hospital, han tenido un gran absentismo escolar y poca interacción social por lo que los padres tienen a demorar su incorporación al ambiente escolar.

La presencia de una enfermera escolar facilita el proceso de integración en el colegio y reduce considerablemente el temor de los padres a dar este paso que se produce, generalmente a los 2-3 meses después del trasplante y ha de ser gradual.

Las enfermeras escolares garantizan la continuidad de los cuidados en la escuela y están coordinadas tanto con las familias como con los centros médicos desde donde se hace el seguimiento del niño.

El objetivo es la recuperación de la salud del niño en todos sus aspectos:

  • Físico: la enfermera escolar hace las valoraciones que tenga pautadas el niño y lleva el control de su medicación haciendo así que sea compatible el tratamiento con la jornada escolar. Además se podrán detectar rápidamente los primeros signos de cualquier complicación, siendo la más frecuente la infección debido al tratamiento inmunosupresor.
  • Mental: los estudios indican que los niños trasplantados poseen una mayor incidencia de depresión, ansiedad y peor autoimagen. La intervención de la enfermera escolar es clave para prevenir que estos cuadros se den y comunicar precozmente cualquier señal de que se puedan estar dando.
  • Social: la enfermera facilita la inclusión en la comunidad educativa manteniendo una comunicación fluida y clara sobre las necesidades del niño.

Un trasplante es un regalo de vida y las enfermeras escolares nos sentimos muy afortunadas de poder ayudar a que los niños recuperen su derecho a una infancia feliz después de recibir un nuevo órgano.

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