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Protector Solar School Nurses

Protector Solar: ¿cómo aplicar de forma efectiva y cuál elegir?

Con la llegada del verano, las vacaciones y el final del curso, los planes al aire libre se multiplican. Siempre es importante ir bien equipados: gafas de sol, sombrillas y gorras, beber abundante agua y, como no, el protector solar.

El uso de este producto es esencial en nuestro día a día, pero se hace especialmente importante en esta época del año y sobre todo en los niños y niñas, ya que su piel, más sensible que la de los adultos, es propensa a quemaduras solares.

¿Por qué es importante aplicar protector solar?

El sol, aunque fuente de vida y salud, también puede ser perjudicial para nuestra piel si no tomamos las medidas adecuadas.

Una exposición prolongada y sin protección a sus rayos puede provocar:

  • A corto plazo, quemaduras solares y lesiones muy dolorosas en la piel.
  • Y, a largo plazo, desarrollo de cáncer, como el melanoma, o el envejecimiento prematuro de la piel.

Es decir, usar protector solar a diario sólo aporta beneficios. Pero, ¿qué tipo de protector solar es mejor?

Lo primero que debemos saber es que no existe un producto ideal para todos ni para todas las pieles.

La elección del tipo de protección solar más adecuada es muy personal y dependerá de varios factores: cómo es nuestra piel, qué actividad que se va a realizar, las condiciones específicas del entorno y, por supuesto, las características concretas del producto.

Para descubrir cómo es nuestra piel, debemos tener en cuenta 3 características:

1.   Tipo de piel: normal, seca, grasa o mixta.

Esto determinará el formato del producto más adecuado según la zona de aplicación:   

Tenemos otras opciones, como los sprays; con características similares a la loción, cómodos de aplicar, especialmente en niños, pero es importante asegurarse de no inhalar el producto y aplicar suficiente cantidad.

1.   Antecedentes cutáneos: alergias, enfermedades o afecciones.

Siempre de la mano de profesionales de la salud si disponemos de alguna condición cutánea concreta, como la rosácea o alergias.

Es muy importante prestar atención a los ingredientes que conforman el producto, aunque como pauta general deberemos evitar fragancias y aceites, así como buscar fórmulas hipoalergénicas y no comedogénicas (es decir, que no bloqueen los poros).

Deberemos distinguir entre 2 tipos de protectores según sus ingredientes:

Químicos VS. Minerales

Los protectores solares químicos contienen ingredientes que absorben los rayos UV, mientras que los minerales contienen ingredientes físicos que reflejan estos rayos.

Los protectores minerales, con ingredientes como el óxido de zinc o el dióxido de titanio, son efectivos inmediatamente después de la aplicación. Además, estas fórmulas son menos propensas a irritar la piel y suelen ser bien toleradas por personas con condiciones de piel sensibles

2.   Nuestro fototipo: es decir, cómo responde nuestra piel a la exposición solar.

Para determinar cuál es el nuestro, existen diferentes clasificaciones, aunque una de las más utilizadas es la de la Dr. T. Fitzpatrick:

Tabla extraída de la Revista Elsevier, Vol. 24. Núm. 5. Páginas 136-137 (mayo 2005)

Una vez determinado nuestro fototipo, podremos elegir qué factor de protección solar (FPS) es el más idóneo según nuestra piel.

  • FPS Alto: independiente de nuestro fototipo, se recomiendo utilizar un protector solar con un FPS de al menos 30, pues proporciona una buena protección bloqueando aproximadamente el 97% de los rayos UVB.
  • FPS más alto: FPS 50 o más; especialmente recomendado para quienes tienen la piel muy clara (fototipos I y II), antecedentes cutáneos como cáncer de piel previo o cualquier otra condición que aumente la sensibilidad al sol.

Una vez que conocemos cómo es nuestra piel, debemos valorar qué actividad vamos a realizar y en qué condiciones.

Para realizar actividades al aire libre, es recomendable buscar un protector de amplio espectro, lo que significa que protege tanto contra los rayos ultravioleta tipo A como los tipo B.

Además, si la actividad está relacionada con el agua o implica condiciones de sudoración elevadas, se recomienda usar productos resistentes al agua; pues mantienen su efectividad por 40 a 80 minutos en el agua, pero es crucial volver a aplicar el producto después de secarse con una toalla.

Debemos recordar que no existe un "mejor" protector solar universal. La mejor opción depende de las necesidades individuales, tipo de piel y circunstancias ambientales. Siempre es recomendable leer las etiquetas cuidadosamente y, en caso de dudas, consultar con un dermatólogo para encontrar el protector solar más adecuado.

Aplicación correcta del protector solar

Sabemos que elegir un buen producto es el primer paso para conseguir una protección adecuada pero es igual de importante saber cómo aplicarlo correctamente.

Para una aplicación efectiva debemos prestar atención a:

  • Tiempo de aplicación: Aplica el protector solar al menos 20 o 30 minutos antes de exponerte al sol para que la piel tenga tiempo de absorberlo completamente y se consiga un efecto óptimo a la hora de exponernos al sol.
  • Cantidad adecuada: Utiliza suficiente protector solar para cubrir toda la piel que estará expuesta.

 

Podemos usar la "regla de los dedos" para hacer más práctica la aplicación de protector solar.

Según esta regla, un dedo equivaldría a la aplicación de producto a lo largo del dedo índice y medio desde la base hasta la punta.

Os dejamos una tabla resumen con las cantidades adecuadas según cada zona:

 

Recuerda, si estás utilizando protector en spray, asegúrate de aplicarlo en un área sin viento para evitar la dispersión del producto y no inhalarlo.

Además, debemos prestar atención a zonas frecuentemente olvidadas como las orejas, la parte posterior de las piernas, los pies y la nuca. Usa un espejo si es necesario o pide ayuda para una correcta aplicación.

Para los labios es recomendable aplicar algún bálsamo labial con FPS y es importante considerar el uso de gafas de sol con protección UV para tus ojos.

¡No lo olvides! El protector solar tiene un tiempo de actuación determinado; una vez pasado, la protección que nos ofrece irá disminuyendo hasta desaparecer. Para prevenirlo, deberemos aplicar protector solar, al menos, cada dos horas o más a menudo si estás realizando ejercicios en el agua o sudando. Aunque uses un producto resistente al agua, es muy importante volver a aplicar protector una vez la piel esté completamente seca.

Siguiendo estos consejos estamos seguros de que toda la familia podrá disfrutar del sol y las vacaciones de la mejor manera.

¡Desde School Nurses deseamos a nuestros escolares y a sus familias unas maravillosas vacaciones y un feliz verano sin riesgos!


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