Las quemaduras son una de las lesiones domésticas más comunes y pueden variar de leves a graves. Por eso es importante saber cómo actuar ante una lesión de este tipo tan pronto como suceda.

Causas más frecuentes de quemaduras en casa

Las causas de las quemaduras domésticas pueden ser muy variadas, desde quemaduras por líquidos calientes (agua o aceite), vapor, chimeneas o por contacto con aparatos como planchas, hornos, calefactores, estufas hasta quemaduras por ingestión o contacto con productos químicos como lejías o productos de limpieza. También se producen accidentes y quemaduras relacionados con la electricidad.

Prevenir quemaduras antes de que sucedan es clave para mantener a los niños seguros y saludables. Los padres y adultos deben tomar precauciones como por ejemplo mantener siempre las bebidas calientes fuera del alcance de las manos pequeñas, prestar especial atención a los niños cuando estén en la cocina o cerca de estufas o chimeneas y evitar dejar cables expuestos o al alcance de los niños.

Tipos de quemaduras según su gravedad

Las quemaduras se clasifican según su gravedad. La gravedad de una quemadura depende de la temperatura y la duración de la exposición.

Las quemaduras de primer grado son las menos graves y suelen afectar solo a la capa externa de la piel, conocida como epidermis. Estos tipos de quemaduras pueden causar enrojecimiento, picazón y una ligera hinchazón, pero normalmente no requieren atención médica.

Las quemaduras de segundo grado son más graves que las de primer grado, ya que se extienden más allá de la epidermis hacia la capa de la piel de la dermis. Por lo general, estos tipos de quemaduras causan dolor intenso y ampollas, pero algunos casos se pueden tratar en el hogar si siguen siendo de tamaño pequeño.

Una quemadura de tercer grado implica daños en todas las capas de la piel, incluido el tejido y la grasa subyacentes. Las quemaduras de cuarto grado también pueden implicar daños en tejidos más profundos, como músculos, huesos, tendones y articulaciones.

Cómo actuar ante una quemadura en casa

Las quemaduras graves deben ser evaluadas por un profesional médico lo antes posible. Sin embargo, las quemaduras leves de primer y segundo grado se pueden tratar en casa con algunos pasos simples.

Paso 1: enfriar el área

Cuando se trata de una quemadura, el primer paso es enfriar el área afectada. Esto se puede hacer haciendo correr agua fría en la parte afectada o usando una bolsa de hielo envuelta en un paño húmedo. El enfriamiento ayudará a reducir el dolor y la hinchazón, así como a prevenir un mayor daño a la piel. Debe hacerse durante al menos 10 minutos, pero no más de 30 minutos.

Es importante evitar aplicar cremas o lociones antes de enfriar el área, ya que esto podría empeorar la situación.

Paso 2: limpiar el área

Antes de tratar una quemadura, hay que limpiar el área a su alrededor frotando suavemente con agua y jabón. Es importante usar solo un jabón suave, ya que los jabones fuertes pueden irritar aún más la piel afectada. Una vez que haya terminado de limpiar el área, hay que secarla completamente con una toalla suave o un paño antes de aplicar cualquier pomada o vendaje.

Si hay ampollas abiertas en la piel quemada, deben mantenerse libres de suciedad y desechos que podrían provocar una infección si no se tratan. Para quemaduras más profundas, consulte a un médico de inmediato, ya que requieren un tratamiento más avanzado.

Paso 3: aplicar un apósito o vendaje estéril

Un vendaje estéril ayuda a proteger la herida de una mayor contaminación y mantiene el área húmeda para una cicatrización adecuada. También alivia el dolor, disminuye la inflamación y reduce la hinchazón alrededor de la piel quemada.

Es importante colocar la gasa o venda con cuidado sobre el área quemada para que se adhiera a la piel sin demasiada presión. Además, es necesario cubrir completamente las áreas expuestas para obtener la máxima protección contra las bacterias que causan infecciones.

Paso 4: Controlar los signos de infección

Cuando se trata de una quemadura en el hogar, el cuarto paso es verificar si hay signos de infección. Cualquier secreción de la herida; podría ser pus amarillo o verdoso, lo que indicaría una infección que requiere atención médica.

Si se observan signos de infección, hay que buscar asistencia médica de inmediato, ya que esto podría provocar una afección más grave, como sepsis o celulitis. Un médico puede recetar antibióticos que ayudarán a reducir la inflamación y evitarán un mayor riesgo de que una infección se propague por todo el cuerpo.

Paso 5: Contactar con un profesional médico

Las quemaduras pueden ser dolorosas y requieren un cuidado especial para sanar. Es importante buscar atención médica para cualquier quemadura que cubra más del 10 por ciento de su cuerpo, sea más profunda que una quemadura de primer grado o si experimenta algún signo de infección como enrojecimiento, hinchazón, pus o fiebre.

Cuando se trata de niños, una quemadura puede ser una experiencia aterradora y dolorosa pero lo más importante es actuar de forma rápida y correcta.

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