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Prevención del cáncer de piel en niños

Con los más pequeños se debe extremar la protección al sol. Ya que desarrollan más actividad al aire libre y porque el principal factor de riesgo del cáncer de piel es la radiación solar, sobre todo aquella radiación producida durante la infancia.  Intentar disminuir la exposición solar en los niños puede mejorar la incidencia del cáncer de piel.

Es necesario dar a conocer la importancia de la prevención entre los padres, profesores y sobre todo, entre los niños mediante campañas educativas que incrementen el conocimiento de las medidas de fotoprotección y puedan favorecer el cambio de comportamiento respecto de la exposición solar. En esta labor educativa los dermatólogos, pediatras y enfermeras escolares ocupan un papel fundamental.

Radiación Solar

La cantidad de radiación que llega a la superficie terrestre es diferente según diversos factores que veremos a continuación:

  • La estación del año (en verano llega con mayor intensidad);
  • La hora del día (la mayor radiación llega entre las 11 y las 16h);
  • La altitud (mayor radiación a mayor altitud);
  • La latitud geográfica (mayor radiación cuanto más cerca del ecuador);
  • Las nubes y la contaminación hacen que disminuya la cantidad de radiación que nos llega.

La radiación ultravioleta en el niño y sus consecuencias

Según la Organización Mundial de la Salud, el cáncer cutáneo es el tipo de cáncer más frecuente en el mundo, y el melanoma el que más rápidamente está aumentando. Después de numerosos estudios epidemiológicos, el principal factor de riesgo para el cáncer de piel, especialmente el carcinoma basocelular, el carcinoma espinocelular y el melanoma, es la radiación UV y, de manera muy significativa, la exposición temprana durante la infancia.

La exposición solar intensa durante las dos primeras décadas de vida se ha relacionado la formación de cáncer de piel. Por tanto, la disminución de la exposición solar en la infancia podría mejorar en gran medida la incidencia del cáncer de piel.

La radiación solar es causante de diversos efectos en la piel del niño. Los efectos dañinos de las radiaciones son acumulativos. Unos son inmediatos, como la aparición de eritema, o las quemaduras solares, y otros aparecen de forma más tardía, como el envejecimiento cutáneo o el aumento de riesgo de cáncer de piel.

Los trabajos actuales están reconociendo también el papel importante de la radiación UVB y UVA. Los estudios indican que tanto la radiación UVA como la UVB son causantes de la formación de melanoma.

También se está estudiando la intensa correlación entre las quemaduras en la infancia y el desarrollo de carcinoma basocelular, melanoma, queratosis actínicas y carcinoma espinocelular en la edad adulta. 

La radiación solar también es causante de la aparición de trastornos de fotosensibilidad, como la erupción, la urticaria y de la supresión del sistema inmunológico. 

Nuestro organismo necesita dosis pequeñas de rayos UV. Está ampliamente demostrado que los humanos reciben más radiación de la necesaria, y con una dieta saludable y una exposición solar mínima en un país como España, es suficiente para cubrir las necesidades de vitamina D en la infancia.

Fotoprotección de la piel de los más pequeños

Protegerse del sol es aconsejable para todas las edades, pero en la población infantil y juvenil con especial atención, ya que los niños son más susceptibles que los adultos a las radiaciones solares.

Se recomienda:

  • Usar fotoprotectores
  • Protegerse también en días nublados, porque la radiación UV puede atravesar las nubes.
  • Evitar la exposición solar especialmente entre las 12 y las 16h;
  • Cubrir la piel con ropa y gorros adecuados.
  • Utilizar gafas de sol.
  • Protegerse del sol, aunque la piel esté bronceada.
  • Especial cuidado en los niños más pequeños.

Campañas educacionales realizadas por la enfermera escolar

La importancia de la protección solar para prevenir la formación de cáncer cutáneo es fundamental.  Sin embargo, llama la atención la escasa información que posee la población general a pesar de las múltiples campañas informativas. La importancia de la educación para la salud en la comunidad de las medidas de fotoprotección solar en los niños y sus padres son parte de una estrategia global que persigue la obtención de cambios de comportamiento positivos frente al sol y la disminución de la incidencia del cáncer cutáneo en el futuro.

La incidencia de cáncer de piel se incrementa cada día. Como hemos señalado, la exposición acumulada a la radiación UV durante la infancia es un factor fundamental que determina la aparición de cáncer cutáneo.

Es esencial en esta labor educacional la enfermera escolar con programas de educación para la salud, sobre todo en aquellos países más soleados, como es el caso de España.

Las campañas de educación para la salud en diferentes países están destinadas a la adquisición de hábitos solares saludables y a la ampliación del conocimiento de los efectos nocivos de la radiación UV. Aunque la mayoría tienen como objetivo a los niños, algunas intervenciones se han realizado en los adultos e intentan ayudar a los padres a proteger a sus hijos de los efectos de las quemaduras solares y, al mismo tiempo, que los niños imiten a sus padres desde edades tempranas.

Se ha demostrado que todas las prácticas sanas que evitan o minimizan la exposición solar, que favorecen el uso de fotoprotectores, ropa protectora y gafas, que evitan las quemaduras solares o disminuyen el uso de las cabinas de bronceado deben comenzarse lo antes posible en los niños para que en éstos se convierta en algo habitual, ya que los comportamientos que se adquieren de forma temprana tienden a perdurar durante la vida con mayor intensidad que aquéllos adquiridos tardíamente.

No es un camino fácil. Se necesitan al menos 2 años de intervención entre los adolescentes para poder observar cambios positivos en las conductas, pero que estos cambios pueden ser una realidad. La edad crítica está entre los 9 y los 12 años, cuando los niños comienzan a ser independientes de sus padres en la protección solar y, por tanto, cuando sus comportamientos comienzan a fallar.

A pesar de todas estas campañas, muchos adolescentes y adultos continúan exponiéndose de forma regular a la radiación UV. Esto ocurre porque se asocia el «estar moreno» a la belleza y a la salud. Los adolescentes ven a sus ídolos permanentemente bronceados. Antes el estar bronceado era signo de trabajar duramente al aire libre y la piel clara se relacionaba con la nobleza y la posición social. Ahora es una marca de las clases de mayor nivel socioeconómico.

Algunos programas han logrado mejorar la protección frente al sol de los niños y se ha demostrado un éxito en cuanto a la adquisición de conocimientos, aunque no han producido necesariamente cambios sustanciales en los comportamientos preventivos.

Además de la educación en los hospitales y en las escuelas, las estrategias en salud intentan mejorar la protección solar en los medios de comunicación y así lograr que enganchen a los jóvenes. Muchos de estos eslóganes se han creado en Australia, país donde el cáncer de piel es un problema mayor de salud pública.

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